El reciente estreno de la serie de Masters of the Air ha vuelto a poner de actualidad a las tripulaciones de los bombarderos estadounidenses en la Segunda Guerra Mundial (SGM). De todas las posiciones que había en los B-17 Flying Fortress y B-24 Liberator ninguna era tan incómoda y claustrofóbica como la del artillero de torreta de bola o esférica, quien se veía obligado a adoptar una posición fetal, por lo que se trataba de una persona delgada y de baja estatura. Situada en la parte ventral del avión, estaba armada con dos ametralladoras de calibre 50 y podía girar 360 grados gracias a su sistema electrohidráulico. Además de pequeño, este artillero tenía que ser muy hábil, pues en aquel ínfimo espacio tenía que manejar varios controles con manos y pies para girar, apuntar, disparar y comunicarse.

Las historias de estos hombres son legendarias, pero ninguna como la de Alan Magee, que sobrevivió a una caída de más de 6 kilómetros sin paracaídas.
Sin embargo, a pesar de que siempre se ha considerado una posición tremendamente expuesta y ni siquiera se podía llevar puesto el paracaídas, en realidad era la más segura con un 6,4 % de fallecidos en combate, mientras que los artilleros de cintura llegaban casi al 20%, como indican las estadísticas (1). De hecho, tenían cierto nivel de protección en el asiento, escotilla de acceso y ventana de observación, la cual estaba construida en vidrio laminado, pero no cabe duda de que se trataba del peor lugar para saltar del avión si este era derribado. Ese temor, y el estar varias horas atrapado sin poder moverse, no era algo que pudiera soportar cualquiera sin perder los nervios.

El artillero o belly gunner se prepara para volar. Puede verse en la cazadora el parche de la 8ª Fuerza Aérea o Mighty Eighth. Sobre la gorra B-2 lleva unos auriculares HS-33. El salvavidas B-3 o Mae West destaca por su intenso color amarillo (Jesús Valbuena @Tejeval para Sancho de Beurko).
Ese miedo estaba siempre presente, aunque ya hubiesen bombardeado el objetivo y se encontrasen de vuelta cerca de la base tras haber superado los ataques de los cazas y la artillería antiaérea. Si el artillero no pudiese abandonar la torreta de bola por cualquier problema y el avión se viese obligado a aterrizar de panza (sin ruedas) la situación se volvería totalmente dramática. La decisión de sacrificar una vida para salvar al resto de tripulantes recaería entonces sobre el piloto, normalmente un joven de poco más de 20 años que quedaría totalmente desconsolado. Y esto sucedió algunas veces (2). Esta pesadilla también pasó por la mente del director Steven Spielberg cuando 40 años después hizo el capítulo La misión para la serie Cuentos asombrosos (3).

Los mecánicos limpian la torreta esférica Sperry. Lo mejor para el plexiglás era un paño con agua y jabón (Jesús Valbuena @Tejeval para Sancho de Beurko).
Equipamiento del artillero de torreta de bola
Nuestro artillero se encuentra en una base de Inglaterra en la primavera de 1944, que marca el punto de inflexión para las tripulaciones de bombarderos de la 8ª Fuerza Aérea de la USAAF. Las estadísticas de 1943 habían sido demoledoras: solo el 25% lograron cumplir su tour de 25 misiones, lo que significaba que el resto estaban muertos, heridos o capturados. Estas pérdidas llevaron a cuestionar, por insostenible, el propio concepto del bombardeo estratégico. La principal causa era que, a diferencia de los británicos, los estadounidenses lo hacían de día y llegaban hasta el corazón del Reich sin escolta de cazas. Pero la llegada del P-51 Mustang estaba cambiando las cosas.

Mientras observa las tareas de mantenimiento puede ver que aún no han sido puestas las cúpulas de plexiglás en los laterales de la torreta, que acentúan su carácter esférico (Jesús Valbuena @Tejeval para Sancho de Beurko).
Viste una desgastada cazadora A-2 —lo que indica que es un veterano con muchas misiones a su espalda—, pantalones de vuelo A-9 y, aunque calza botas F-2, es muy posible que ya se proteja de las bajas temperaturas con el nuevo traje interior calefactado F-3. Sobre el salvavidas Mae West lleva un arnés de pecho de fijación rápida para el paracaídas AN6513-1A. Unos auriculares HS-33 y un laringófono T-30 garantizan que pueda comunicarse con el resto de la tripulación.

No hay artillero que se precie que no se fotografíe con sus ametralladoras (Jesús Valbuena @Tejeval para Sancho de Beurko).
Y antes de invitaros a ver el vídeo que hemos preparado sobre la torreta de bola con cuatro de las mejores producciones de Hollywood, nos gustaría destacar que estas imágenes fueron tomadas en la Ferté Aláis en 2016 durante el meeting aéreo de la Amicale Jean Baptiste Salís, a quien estamos muy agradecidos. Al igual que a los amigos que nos acompañaron en aquella aventura. El B-17 que aparece en ellas no puede ser otro que el Pink Lady, un avión que voló en la SGM y participó en la película Memphis Belle (Michael Caton-Jones, 1990). Finalmente, quisiéramos recordar a cuatro veteranos del proyecto Fighting Basques: Alfonso Garde, Carmelo Echanis, Julius A. Beterbide y Robert F. Bastanchury.
NOTAS
(1) Rej. (28 de febrero de 2024). Best and worst B-17 crew positions. World War Wings. Best and Worst B-17 Crew Positions - World War Wings
(2) Entrevista a Andy Rooney en “The Air War” en Sammy Jackson (Director). (2010). WW2 in HD [Serie de televisión]. History Channel. (5) The Air War In HD 4/6 - YouTube
(3) “La misión” en Steven Spielberg (Director). (1985). Cuentos asombrosos [Serie de televisión]. NBC.
Para saber más
Euskal kultura - Blogs